Desde que comencé mi camino como mujer emprendedora, quizás sea la filosofía y los debates políticos lo que más echo de menos de mi carrera y de las disputas familiares en Navidades. La materia de filosofía, para mí, era el no va más y hablar de política vehementemente en casa, un placer cotidiano.
Por eso cuando leí un artículo de Adela Cortina, me encantó esta expresión “iniciativas y acabativas”. Me inspiró en su momento y precisamente ahora quiero retomar esta idea para aplicarla al emprendimiento.
Esta expresión es para mí la respuesta a una pregunta que me hizo hace unos meses una emprendedora hoyense que dudaba en lanzarse: “Y tú Corinne, ¿cómo conseguiste lanzarte como emprendedora?”. La pregunta me dejó perpleja, casi tanto como el día en que el profesor de filosofía nos puso como tema de examen: “Aujourd’hui” (Traducido del francés: “Hoy”).
Lo primero que pensé en decirle a esta colega de Hoyo fue: “pues poco a poco, bocado a bocado; como me dijo mi prima Rosa cuando me iba a divorciar: “como si tuvieras enfrente una montaña y te la tuvieras que comer entera”.

¿Cómo me lancé? Atreviéndome. Espera Corinne, —me digo a mí misma— esto no es del todo cierto; un factor muy importante para lanzarme fue que no tenía otra opción: tenía una hija y conciliaba, con el cole o el ampa*. Noooo, cuando lo pienso detenidamente no fue solo eso; el trabajo y la constancia son fundamentales. Es más, rodearme de gente válida y trabajadora ya me parece el mejor argumento….¡Y formarse! Este es el quid de la cuestión.
¡No, no y no! Al final, creo que yo me lancé porque supe crear alianzas con profesionales, incluso de mi competencia. Y otro argumento que va a dejar perpleja a más de una: pude llevar a cabo mi emprendimiento porque doy un servicio constante y, en cierta medida, es gracias a la homeopatía, porque por ella (o gracias a su efecto placebo) mis hijas nunca están enfermas; han perdido algún día de cole cada dos años nada más. ¡Cuántas fiebres quité con belladona y dolores de garganta con mercurius sol! (Al decir esto en ningún momento quiero recomendar a nadie la homeopatía. Solo compartir aquí que a mí me funciona y cuando no funciona, voy a la pediatra).
Déjalo, Corinne, —continuo con mi voz interior—, para emprender, la base es que no hay que saltar de una idea de negocio a otra. Esa es la clave: la constancia, acabar las ideas y llevarlas hasta el punto final.
Y en este momento, en que todo se tambalea, me gusta recordar esta pregunta de Reme. Una pregunta sencilla, ligera e importante a la vez, de una emprendedora que ya está lanzada y vive de su negocio, “¿Y tú, cómo lo hiciste?” Porque hoy es la pregunta que me hago a mí misma. Y tendré que respondérmela una vez más.
También en su caso, le llamó la atención esta expresión de otra persona.
*Idea de Conchi Cazorla.