Desde que trabajo con pymes, autónomas y autónomos, estamos en crisis. Me lancé en este «fantástico» momento y me he encontrado con varios negocios que se preguntaban si debían bajar el precio de sus productos o servicios.
Una respuesta desde el marketing al problema del precio
En marketing intentamos siempre crear valor. Es decir hay algo que me hace diferente de mi competencia, «algo» que hago mejor, así que quiero implementar todo mi posicionamiento (lo que llamamos el marketing mix: el producto, el precio, la distribución y la promoción) en base a dicha diferenciación única.
Es decir, intentamos que valga la pena pagar más por dicha diferenciación. Queremos que la clientela sepa que nuestro producto tiene un valor por una razón, el llamado Reason-why. Tiene valor porque es mejor en…
¿Cuál es el problema de bajar el precio?
Al bajar el precio, muchas veces, nos estamos centrando solo en una variable del marketing mix: el precio. Y, en cuanto lo bajamos, tenemos que dar un servicio o producto con menor valor añadido para conservar nuestro margen de beneficios y así poder seguir viviendo de nuestro negocio. En consecuencia, entramos en una espiral hacia abajo que tira nuestras perspectivas al suelo.
¿Cuándo es una cuestión de baja el precio? ¿Nunca?
Si nuestro servicio o producto puede producirse a gran escala, si no tiene ninguna ventaja competitiva o si es un producto que es fácil de producir o de encontrar para tu clientela.
Competir es aportar valor
Para mí, la cuestión es confiar en nuestras fuerzas, aportar con nuestros servicios diferenciación y hacer que se note. Visibilizar nuestras fuerzas es fundamental, da igual si la fuerza radica en el servicio post venta, si es a nivel de imagen o a nivel tecnológico, especialmente para el sector de la artesanía que siempre aporta un producto único. Es importante ser consciente de lo que vale nuestro producto.
No digo que haya que aumentar el precio, pero casi. Confiemos en lo que aportamos y visibilicémoslo en todas las vertientes de nuestro mix. Desde luego, una manera de hacerlo es crear una estrategia de contenidos a través de un blog, pero eso ya es otra historia.
Herminia Paez Prado me corrige el estilo.
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